jueves, 20 de marzo de 2008


¿Soñamos o dormimos?

Un viaje largo pareció mi camino, soñaba despierta, mirando la miseria alrededor, mirándola en un sueño, donde sin querer mis ojos dormidos quedaron abiertos.
El tiempo paralizó ese instante y mi viaje parecía eterno. Me sumergí en un sueño de ojos abiertos, y sin darme cuenta no podía despertar, no quería despertar. Ni la luz del incandescente sol de mi ciudad lo perturbó. Yo estaba profundamente dormida, mirando y soñando.
Recuerdo poco, pero sé que miraba al frente, y un hombre con la cabeza enorme despertó mi interés; de pronto se mezclaron muchos sentimientos y pensamientos dentro de mí. Las escuelas, los hombres trabajando, un recién nacido, la contaminación de los autos, una iglesia que regala “salvación”,los adolescentes llenos de rebeldía, la basura regada por doquier…
Y yo como hipnotizada por ese “collage viviente”, me encontraba inmersa en esa realidad que me rodeaba, de esa gente que frecuentemente miro con ojos de indiferencia, de esas personas que caminan en las mismas calles que yo, que al igual que yo sufren, sonríen y no sabe valorar el corto tiempo que la muerte nos deja vivir.
Tal vez cansada de mirar al frente o por no querer enfrentarme a tal realidad decidí voltear mi cabeza; miré a mi lado izquierdo y un joven miraba a través del ventanal… y yo quise ver desde su interior, yo quise saber qué pensaba él, pero sólo noté su acostumbrada indiferencia, su cansancio, sus ganas de dejarse dominar por la pereza, por dormir sin soñar…
Yo continuaba dormida, mirando a mi izquierda, pero todo pareció simple, falso, vanidoso; entonces intenté mirar hacia la derecha, pero no pude; un viejo estaba apoyado en la puerta, mirando al frente, como queriendo llegar rápido a ese camino de muerte del que está consciente que es cercano. Y yo sólo sentí un vacío, ese que siente esta realidad a diario, ése de ser monótonos, conformistas, vengativos, indiferentes… ¡Qué triste realidad!
De pronto salí de ese sueño de pupilas cerradas y pensé que estaba en otro mundo. El sol pareció ocultarse, el hombre de la cabeza enorme no estaba frente a mí. Y me di cuenta que estaba dormida, pero que ese sueño era real. Quise recordar qué cosas vi en ese largo viaje que llegaba a su fin, pero no lo podía precisar, sólo sé que ese mundo existe, y no está tan lejos de mí, está soñando con ojos cerrados, está ciego. Es un mundo glacial, insensible e incoherente.
Este camino no es tan largo como parece, y he decidido olvidar ese pasado que me mantiene dormida, hoy he decidido soñar con los ojos abiertos, no perder esa picardía, esa niñez… he decidido crecer y mirar siempre hacia delante, y recordar que tengo un entorno que necesita despertar de ese sueño de ojos ciegos, que necesita cambiar, que necesita hacer de sus fantasías su realidad.